lunes, noviembre 6

De A Ratos En El Taller

De A Ratos En El Taller



I

Sólo habían sido

factores de personalidad

asociadas a un trato familiar.

Luego,

en la deriva del disgusto,

retomaba el gusto del sentir;

encontrando el camino

de la nueva sensación,

para volver a sentir

el placer del yo

apocado en la contradicción

del mal dialogo.

y así,

orientando entre tanta calma

los vacíos de mis afectos...



II

Contradicción de vivir.



¿Te dejo, no te dejo?

¿Vienes o voy?

Y evalúas y mides

y otra vez sólo rompes,

que vuelves libertad,

como soledades,

cuando tu yo,

otra vez te contradice...




III

Por lo general

siempre hablamos del otro,

rara vez conversamos

de sí mismos,

y cuando lo hacíamos

evitábamos ser referentes...

pero el deber

aquel día obligaba.

Así,

que en algún momento,

decidí tomar la palabra...



IV

De papá héroe,

a papá antihéroe,

por mostrar las culpas

de las aventuras del pasado.

del quebradizo pasar de la existencia,

roto en cada sueño,

en cada tropezón,

en cada idea maltrecha

que habían naufragado

en el vació de las nadas,

y que vuelven a reflotar,

cada vez,

que me han dicho:

Te quiero...



V

Imaginaría

volver a ser adolescente,

al camino en mil recuerdos

adentrado en la fantasía

del rememorar...

inducido al relax

de cerrar los ojos,

soltando los músculos

y dejarse pasear por el silencio,

para buscar un sentido

a tanto andar.

Mientras la pseudo hipnosis

se renueva en respiraciones

donde el aire de la calma

se vuelve a la juventud de la adolescencia.

Los amigos retornan

en el dialogo de lo hechos,

para ser de nuevo

el espacio de los ideales,

de abrazar mil sueños,

en esperanzas de un cambio

que nos llevarían por la tierra,

para dejar esa celda de cuatro paredes

y encontrarse en la misma hora

en una casa vacía

resucitada en los gritos

de las malas calificaciones,

entorpeciendo los sueños

y dejando eso que anhelaste,

en un nuevo olvido,

para retornar otra vez,

entre la voz de esa misma amada,

la esperanza para seguir viviendo...



VI

algunas veces me rió

de mis debilidades.

los hijos

ya me manotean,

me toman como una hoja

y me cierran en un cuaderno...

su madre, su orden,

su padre, su libertad...



VII

Honestamente,

sólo imagino mi familia,

como un grupo de humanos;

más que eso

no podríamos ser..

Figurarse una onomatopeya

o una fábula

para registrar las cosas

de nuestras vidas

tendrían muchas figuras...

Tal vez,

sólo seamos lombrices

navegando por el subsuelo,

o quizás cóndores

en las altas cordilleras,

o sólo un grupo de ovejas

pastando en la pradera...

Creo hay,

de todos un poquito,

salvo no siendo hienas,

ni tampoco un mal león,

que se come hasta sus hijos...

un dibujo de mi familia,

salvo intentar mostrar el perfil

de cada uno,

poco nos representa.

Quizás sí:

Una sumatoria de manos,

partiendo por la de mi hija,

hasta dibujar en ultimo lugar la mía...





¿O Viceversa?...





Atilano

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