martes, noviembre 14

El Tío De Coyhaique

El Tío De Coyhaique

Siempre que deseo escribir algo;
me apego, me aferro, me apoyo,
en lo que me rodea.
Algunas veces es el cerro, el viento,la familia, el hijo.
La mujer, la hija, la casa, la comida,
el árbol, el rock an roll.
Y en ellos me entrego y me dejo sentir
y que las palabras fluyan una a una,
como decantandas en el vivir,
en el pasar,
en la búsqueda de la identidad
que asienta felicidad...

Hay un tipo, un hombre,
un personaje en mi ciudad; "El Tío",
del cual pienso y nunca expreso.
Hoy sera su momento;
los pintores les hacen cuadros,
los poetas poesías,
los cantantes canciones,
los fotografos imágenes de su actitud.
Y yo en mi arte, escribiré con él,
expresando algún pasar de su porque en el vivir...

El algo ya mayor, sesenton,
setenton; por ahí ronda.
Anda con un saco y una frase que ha inmortalizado
en mis conciudadanos;
su escusa perfecta para capturarles una moneda.
Él dice:
"HOLA TÍO, PIDIENDO Y NO ROBANDO".
Y ahí se entrega a las calles,
sobre todo las centrales,
donde hay algún mercado de público
que satisfaga sus pedidos...

Alguna vez, oficiando de hortelano,
de jardinero, de corta pasto;
salio un trabajito en el lugar donde velan los muertos,
aledaña a una iglesia.
Y en su parte trasera, donde cortaba la pradera,
siento una fetidez, y observo una ruma de cartones y sacos.
Era la guarida de "El Tío",
su lugar de retiro y cavilación...

Él tiene una gran virtud,
hace feliz la mendicidad y los votos de pobreza,
ya que casi siempre pide su tacho de comida,
en la puerta de congregación de Sacerdotes
que me educaron
al menos en el Catecismo y la Enseñanza Media;
entonces los hace felices a ellos, quienes en él,
ven la pobreza:
Justo la acción de su misión de vida;
entonces los hace muy felices...

Dicen de él,
que fue profesor de filosofia,
que fue casado,
padre de familia,
que un día renuncio a todo, y se dedico a la mendicidad,
pero cualquier mito es anterior a mi memoria,
Entonces ahora solo soy su cronista y no su historiador,
entonces no daremos fe de nada,
solo de lo que se dice y ha llegado a mis oídos y he visto...

Lo que me sorprende de él;
es que en invierno y verano, viste igual,
el mismo abrigo roído,
el mismo saco de carga.
Y lo más importante, que nunca enferma,
anda con resfrío o viene dejando
una siembra de escupitajos de células muertas a sus pasos.
Sobre aquello;
tengo algunas hipótesis,
pero dos son las más importantes.
Una:
Que el sarro de sí mismo no permite que le entre nada ajeno a él,
por su inapetencia de aseo personal.
Y la otra:
Que no padece estrés de nada,
ya que renuncio a todo;
entonces no le calienta,
ni la deuda de la electricidad, el agua,
laropa nueva, el tv cable, el teléfono, el Internet,
los colegios de los hijos, la mujer, la amante,
la bolsa de comercio,
los zapatos lustrados, la corbata en su lugar,
el ultimo libro de selección.
en realidad no le calienta nada;
solo, "Un Pidiendo Y No Robando",
y ahí su gran y pequeña filosofia de vida...

Algunas veces en mi propia locura,
en mi renuncia,
tal vez alguna vez, cargare el traje "Del Tío",
eso si pierdo la vergüenza
de sentirme lo ultimo en el escalón de esta humanidad impuesta,
y no interesarse ni por éxitos o fracasos,
por nada,
solo andar por las calles, diciendo y repitiendo en voz alta:
"HOLA TÍO,
PIDIENDO Y NO ROBANDO, PIDIENDO Y NO ROBANDO"...

Atilano

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