miércoles, noviembre 1

La Tierra De Papá

La Tierra De Papá

Estaba sentado en un bosquecillo de pendiente muy fuerte, observando el vuelo de los jotes que volvían a sus nidos y el sol descansaba entre las últimas ramas que alcanzaban la mirada. Escarbe el suelo, rompiendo las hojas secas de quillayes, boldos y litres, buscando el humus que se encontraba algo más abajo. Lo recogido con desnudas manos lo puse en una bolsa de plástico y regrese presuroso a la casa... Papá esos días, se pasaba entre los controles y sus quimioterapias y me había encargado como siempre, que recorriera el lugar que más amaba, la tierra heredada de sus viejos; que hoy en amarillas cartas, leo y releo palabras del abuelo, donde le daba mil consejos sobre ese lugar y que no descuidara nunca sus atenciones... Así que haciendo de buen hijo, esa primavera me interne otra vez entre sus obligaciones y le di la máxima atención... Recorrí cada quebrada y cada lugar que presentaba diferente composiciones de suelo y en cada punto puse muestras en bolsas plásticas... Unas piedras pómez chiquitas, donde el río hacía remolinos y al bajar las aguas quedaban dispersas en la arena... Otra muestra en el bajo de los naranjos, donde los limos chocaron entre los que traía el río y los que arrastraron la quebrada... Otra escarbado bajo las aciculas de pinos... Otra en el llano, donde acostumbraban sembrar trigo... Otra de aquellos granitos meteorizados y rojos, que sus cuarzos eran luces brillantes, cuando en verano su suelo le hacia honor al antiguo nombre del predio, Infiernillo... Aunque nosotros o los viejos solo rescataron el nombre que más le gusto; Los Tejos... Así que al volver a ver a papá, llevaba mi maleta llena de muestras, algo humedecidas, pues era primavera temprana y quedaba mucha humedad aún, en todo ese lugar... Luego se siguió agravando y ya tuvimos que volver a donde estaba mamá, muchos kilómetros distantes de esas tierras, yo con papá y las muestras de su suelo... A los pocos meses murió, lo enterramos y yo deje las muestras guardadas en un closet... De vez en vez preparo alguna maceta con plantas, hago un potpurrí con pequeñas porciones de cada muestra y la desparramo suavemente sobre su superficie. Luego le dejo caer un rocío con el pulverizador y lo expongo al sol, en aquel vapor, en aquel fenol que inunda mis narices, mi espíritu se encuentra con la tierra de mi padre y en él, cada recuerdo, cada paso recorrido... Hoy, hice el potpurrí de siempre y la lleve a su tumba y mientras se humedecía me deje llevar en sus fenoles que me llevaron otra vez feliz en mis recuerdos y en su presencia que no muere; como la Matria misma...

Atilano

1 comentario:

Gracee "Gloomy" Marty (Graciela Leguizamón) dijo...

Atilano:
Como siempre un gran trabajador y esforzado escritor. Atilano,de las manos desnudas de cosas y llenas de poesía, gracias por estar ahí. Como siempre

Gloomy