martes, noviembre 21

Nías Para Mías

Nías Para Mías

Hace un tiempo pense en escribirle a
ufanía,
esa compañera, buena amiga que me dio su mano
y me transportaba tan bien por la vida.
Un día se quiso marchar,
me dejo una hermana suya que me trajo a muy mal traer,
ella la muy cansada, la ultima dama,
agonía,
así con ella en mí, me sentí morir,
casi no había retorno a la vida,
al sentido del aire y el sol,
todo se volvió palabras de una eterna dama oradora,
letanía,
donde en mi bipolaridad me suplicaba y respondía,
invocando al padre del todo, me diera otra oportunidad,
algo para reafirmar las verdades de mi tiempo,
dejar la constancia del yo existo, del yo existí,
así las respuestas llegaron de la mano de otra amiga,
soberanía,
que me hizo sentir hombre de verdad,
encontrando mi lugar del universo,
mi posición donde ser, donde reinar en complacencia
y poniendo una bandera sin colores, ya que esta blanca
pues la calavera y la tibia se habían lavado,
a la sombra de una mala amiga,
tiranía,
que me hizo padecer de los miedos,
aprisionarme de censuras, llenarme de impuestos,
arruinarme el suelo que pisaba,
contaminar el agua que bebía,
y sembrando de angustias mi camino,
descansados al alero de la droga y el alcohol,
pero como no todo esta perdido
y los senderos de la mente son generosos
otra amiga me vino acompañar,
diafanía,
en ella me llene de luz,
me volví transparente como la pureza
y sus cantos alegraron mis pasos
e iluminaron el sendero que estaba sumido en la oscuridad,
ya no tuve miedo pues la perennidad estaba alojada en mi corazón,
con ella de mi brazo, vino otra amiga a estar conmigo,
sintonía,
con la cual abrace las formas de la tierra,
me detuve en las nubes,
me estacione en la luna,
y pude ver este planeta rotar,
hombres matándose y otros enriqueciéndose de esa sangre,
haciendo millones de sólidos, gas,
y cambiando el curso de la vida,
otra amiga, buena amiga, me toma de la mano,
armonía,
ella quiso que todo se norme,
que todo fluya como un beso entre tú y yo,
un trabajo de equipos,
una tonada tan suave como la brisa del verano,
tan bella como un jardín de millones de flores,
tan perfecta como el equilibrio necesario para la vida,
y en esa perfección, una nueva amiga,
sinfonía,
la dama de la conjunción de millones de voces,
que ordenadas unas a la vez,
manifiestan su sentir,
dan la obertura necesaria para la voz del planeta,
la viajera del universo,
que nos mueve pegados a su gravedad,
a su urgencia, a su rescate,
de la nada para el todo,
de este todo que se volverá nada,
si esta dama, amiga de siempre,
ironía,
no nos reclama en voz alta,
nos indica su revés, acierta y se duerme,
esperando la despierte la consciencia,
la lucidez del cansancio, la fatiga de la angustia,
la desesperación que invita a otra amiga,
epifanía,
que nos trae este mensajero que cada año se viste de niño,
se viste de pasión, se viste de muerte, se viste de amor,
se viste de regalos, se viste de paz,
que ilumina hombres de rojo, de blanco, de negro, de violeta,
de cruces y más cruces,
tantas como las del regalo de sus existencias, de su fin,
para un Dios padre, un Dios espíritu, un Dios hijo,
un Dios para mí universo, tierra, hombres,
padre de la nada y del todo,
de la conciencia e inconsciencia,
de revolvernos la esencia, de buscar la respuesta,
sin mas mártires que cada humano,
pues todo tienen su propio deber por el bien
y el mío es ver este planeta, ver esta revolución por querer más,
por ahogar y ahogarse,
por ser y no ser,
por sentir y no sentir,
por ver y no ver,
pero ahí una amiga me abraza,
romanía,
para escupir de golpe,
con acentos y puntuaciones,
mi paz y mi inpaz,
lo que solo pienso y escribo para no ser infeliz.

Atilano

No hay comentarios.: