martes, enero 6

Poesías y Poetas de Aysén




Piedra Esponja

de poza en poza se humedeció
no aprendió a perder frente a la paciencia

quedó en la superficie del fondo
desidio por no mirar el cielo

una roca flotando con esmero sacudió su pelo
tiene el recuerdo de pertenecer al nombre ignorado

ciego voluntario
el desierto dio la bienvenida al pliego verde

nubes sentimentales recogen las nieves negras
trasladan las lluvias a secar corazones
faltará el paciente esperar del día

de la cueva deambulante
asoma el grillo montado en una luciérnaga

nacerá un otoño con semblante de primavera
de su florecimiento respira hierro fundido

el espacio entre grietas del agua permitió embalar el ruido
desperdicio de la distancia al abrazo congénito.

nunca floreció
pero secó el mar.


de UNITIEMPO
Gerardo Yánez Olavarría
Poeta de Chile Chico - Chile




MIEDOS




La llaga de represión

con que nos acercan la vida,

deja a su pasoa un inolvidable dolor de miedos.

Pero,cuando tú empiezas la reconstrucción,

incluso en la muerte,

comienza la imperecedera vida

nuevamente.

Acaso tú,

nosotros,

no tenemos derecho

de hacer cotidianala sonrisa?







TOLERANCIA




A mi

tres veces

me cuesta

contemporizar

con la idiotez

de algunos seres humanos,

más al releer lo que escribo

me doy cuentade lo intolerante que soy

y qué poco

canto produzco

pareciéndome a ellos.







INSTANTE




En un segundo

me fui por el senderito verde

de tu mirada

donde todo fue germinaciones,

para hacerme frutal.







de CASAS BRUJAS

SERGIO ANTONIO MERA BELTRÁN

Poeta de Coyhaique (Chile) (Radicado Comodoro Rivadavia, Argentina)









CHONKA




ella mira asombrada

estas ropas de cristiano

con que la visten

se sienta en el centro de la casa

y aguanta el humo sobre los ojos

el agua, la humedad, la lluvia

deshacen lentamentelas ramas circulares

que la cubren







DICEN




dicen que una sombra de sol

la encegeció

dicen que era dios

un bien para ver imágenes

transpuestas

dicen que caminaba

en la hora del cenit

y que se disponía asaltar de un cerro

a otro cielo

dicen







de CHILPÉN

JOSÉ MANSILLA CONTRERAS

Poeta de Misquihué (LLanquihue) radicado en Coyhaique









AZUL MIEDO




Me asomo de repente

por las esquinas.

Para asustarme

me toco las rodillas

por debajo de la mesa.

Salgo desde trás de los árboles

para sorprenderme.

Al propio escucho motores

que en la noche se detienen

fuera de mi casa.

Me invento crujidos en el altillo.

Uno que otro gemido.

Pasos sigilosos.

Voces de murmullo.

Ruidos metálicos:

como de bala pasada,

golpes de puertas de hierro

bulla de candados cerrándose.

Y también el quejido de un lápiz

que se desliza en palabras de amor

para alguien que quedó del otro lado.

En el mundo de azul miedo en que me han metido

asustarme de mi, sobresaltarme,

es como emerger, salir de espanto,

y ser:

como una mariposa negra

hacia la boca de la luz.







MEDITACIÓN DE PAJARITAS




Cada día es un tiempo de vivir

cada día, un tiempo de morir,

-todo es tan sencillo como eso-

pero el imperativo de seres el mismo del nacer

al fin de cada día.

Nada puede quedarse en lo que fué,

no se siente hoy como lo sentido,

y aunque tantas memorias

de otras vidas seguimos siendo,

sólo es un constante morir

nuestra sombra.

Vivir es el círculo

concéntrico en sí mismo,

y como las ondas

que de uno emergen y se abren

y a las orillas de lo ignoto llegana perderse

uno marcha dentro de los días

y ya no son entonces las cosas

las que nos dejan

sino solamente uno

el que se aleja.







de VIENTOS AZULES

PAJARITAS DE PAPEL

MANUEL MAURICIO ZUÑIGA

Poeta de Aysen, Radicado en Osorno











IV

...

que salga la mujer con carné de damisela
que salga el niño a la pelota abandonada
que salga el perro a ladrar por las esquinas
que salga el hombre a broncearse el cuerpo entero

que salga el Paco a silar su pito al viento
que salga el loco a gritar sus teorías
que salga el tímido a quebrar sus lentes ópticos
que salga ella que hasta hoy solo barría

que salgan todos los que esteis bien encerrados
que salga el preso que en su pecho hay una herida
que salga el necio que pretende tener suerte
que salga el cura que la claridad lo guía

que salga el viejo que se muere de cansancio
que salga el huérfano a encontrarse con su padre
qie salga el maestro a descontaminarse
que salga el médico vaciando su alcancía

que salga el gato que hay ratones en los muros
que salga el verde porque afuera hay chiquillas
que salgan muchas prostitutas que hay clientes
que salga el sol porque falta calentura

que salga el sordo a escuchar como lo pelan
que salga el ciego a mirarse las pupilas
que salga el muso que encerrado canta y canta
que salga el ebrio porque afuera hay chicha pura

que salga el socio que peleó con su otro socio
que salga la vecina porque hoy sí hay copuchas
que salga la comadre que el mate está de miedo
que salga la monjita porque falta paz y ruegos

que salga la cuñada que su novio quiere verla
que salga la viuda a cambiarse ya de ropa
que salgan las lesbianas porque nadie sabe de ellas
que salgan los marcianos que queremos gente bella

que salga el deportista a mostrar su mejor record
que salga el artesano que la greda está perfecta
que salgan bailarinas que la fiesta está que arde
que salgan los conserjes que ya nadie quiere piezas

que salgan secretarias a mostrar sus bellas piernas
que salgan enfermeras a broncear sus pechos blancos
que salgan ladrones porque ahora sí hay cadenas
que salgan los bancarios que el dinero ya no aguanto

que salgan los marinos porque el mar es un misterio
que salgan los obreros que necesitan descanso
que salgan las abejas que la miel está en el pasto
que salgan los ancianos que han perdido su relajo.

que salgan porque ahora esta vida tiene ganas
que salgan los taxistas de sus autos mal olientes
que salga el periodista a cubrir todo suceso
que salga el dibujante que su lápiz es un ceso

que salgan los poetas porque el tiempo siempre es corto que salgan los robustos porque falta fuerza buena
que salga el bello día que también está invitado
que salgan los autistas porque falta buena onda

que salgan los flautistas porque melodías faltan
que salga el cocinero del caliente horno negro
que salgan los penosos a derramar sus lágrimas
que salga el panadero a donar su pan al pueblo

que salgan los enfermos a curarse con la vida
que salga el que no existe porque aquí falta ficción
que salgan pescadores a pescar buenas historias
que salgan los mas feos a cambiar su condición

que salga el escritor porque hay palabras sueltas
que salgan los aviones a volar sobre los cielos
que salgan volantines a colorear los techos
que salgan drogadictos que la hierba está por kilos

que salga el caminante a pasear sobre las calles
que salgan señoritas en edad ya de casarse
que salgan todas juntas sin perder de vista nada
que salgan porque el tiempo se pierde por Los Andes

que salgan violinistas con sus cuerdas afinadas
que salgan porque siempre es bueno que haya flores
que salgan las noticias, los humores, la rarezas
que salgan los temores, las tristezas, los errores
que salgan sin prejuicio a poblar la Plaza Pública.

de PLAZA PÚBLICA
ELEODORO SANHUEZA RAMÍREZ
Poeta de Nehuente (Cautín) radicado en Coyhaique




NOTICIA:

FIN DEL HIELO
PROSA Y POESÍA EN AYSÉN
EDITORIAL KULTRÚN


ODA QUINTA

Nada se detiene. Todo sigue, fulminante.
En la superficie todo se ve bien,
como tú y como yo
como los mundos que somos,
reducidos como el silencio como el tiempo
en la luna en la mudez.


NOTAS AL MARGEN

Aunque me he mirado el día entero en el espejo
no logro retenerme entera.
Sin embargo, nada me perturba. La locura me mantiene.

----------

Sé que tu penetrante mirada es para mí,
aunque a veces se diluye entre todas las otras.

----------

EPITAFIO

YA NO TENGO GANAS DE MIRARTE.
ESTE SENTIMIENTO SE EXTINGUIÓ,
AUNQUE RASGUÑES LA TIERRA,
NO VOLVERAS A MÍ.


MARIA VICTORIA DÍAZ
Poeta de Santiago, de transito algunas estaciones por Aysén,
hoy radicada en Llanquihue




NUNCA

Nunca digas
nunca de esta agua beberé,
yo también lo dije un día
y casi muero de sed.
Nunca, nunca,
digas nunca,
ni refuerces con jámas,
lo que hoy estás negando
por mañana rogarás.
Nunca, nunca,
digas nunca,
Sólo dime que talvez.


CUATRO VERSOS

El mundo en cuatro versos
yo quisiera colocar,
la Tierra en el primero
el segundo para el mar.

el tercero para el cielo
y en el cuarto tu mirar
que es la luz que necesito
para el mundo contemplar.


ROMANCE DE LA LUNA NEGRA

Está solita en el cielo
sin que nadie lo advierta,
ella no es blanca de espuma
ni tiene rayos de seda.

No tiene traje de novia
ni ilumina su presencia,
el trovador no le canta
y el sol su luz no le presta.

Lleva tristeza de sombras
y tiene penas de ausencia,
ella es la luna que canta
la canción de las estrellas.

Déjame luna negra
que te escriba mi poema,
déjame que yo ame
tu timidez y vergüenza.

Que aunque nadie te vea
y aunque nadie lo advierta,
los ojos del alma
me hablan de tu presencia.


de LA TRAMPA
PABLO BARATTINI VIDAL
Poeta de Punta Arenas Radicado en Pto. Aysén



NOTICIA
FIN DEL HIELO
PROSA Y POESÍA EN AYSÉN
EDITORIAL KULTRÚN



¿Te gusta el canto
de los pájaros?
¡Sí!
me gusta sentir
el ruido de mis pasos.


Voy a comenzar a llorar
nuestra separación
todavía (aún) estando juntos,
me vestire de negro (luto)
para que puedas morirte.


No basta con incrustarse
flores en la piel,
las cosas nacen y se comunican.
Quizas sea necesario
que nos juntemos en algun lado,
quizás sea necesario
estar en el cielo y vivir,
el cielo no está lejos,
está en nuestras manos.


SANDRA BÓRQUEZ
Poeta de Coyhaique,
es estos días de transito por Suiza




EL QUE SABE, SABE

El ratón sabe de quesos,
de monturas el caballo;
de gallinas sabe el gallo
y de chauchas sabe el peso;
de la boca sabe el beso,
el chancho sabe del lodo,
de arrastrarse en punta y codo
hay muchos que saben harto
y en ningún caso descarto,
que el sabio sabe de todo.

De tinieblas sabe el ciego,
de pinturas el pintor;
de educar el profesor
y de sequías el riego;
de inquietud sabe el sosiego
y sabe pegar la goma;
de Italia saben en Roma,
del carbón saben en Lota
y los que andan en pelotas
saben que se les asoma.

Sabe el poeta de versos
y de versos las endechas;
la izquierda de la derecha,
del frente sabe el reverso
y sé que en tonos diversos
se pueden cantar canciones,
como sé varias versiones
para un mismo acontecer.
¿Cómo podremos saber
cuánto roban los ladrones?

Nada sabe el ignorante
porque nunca fue a la escuela;
de nietos sabe la abuela,
de intrigas, el intrigante,
de distancia, el caminante
que recorre los caminos;
sabe de uvas el vino
y de vinos el borracho;
sabe de la chicha el cacho
y de vueltas, el molino.

La boca sabe de dientes,
de estornudos, el pañuelo;
de estrellas conoce el cielo
y sabe el Sol del oriente;
nadie sabe lo que siente
una nube cuando llueve
y el ocho sabe que el nueve
siempre le gana por uno,
como saben los vacuno
por que los toros se atreven.

Solo se que nada se
dijo un sabio del pasado;
lo dijo por ser honrado,
para no meter los pies.
Les pongo una nota diez
a aquellos que saben tanto,
ojalá supiera canto
para decirles cantando
que al cielo se van volando
los poetas, si son santos.


de LOS MENSAJES DEL WERKEN
RICARDO ALTAMIRANO ARAVENA
Poeta de Nahuelbuta (Arauco)
radicado en Coyhaique - Pto Aysén




DECIMO OCTAVO

Siéntate frente a mí, amiga mía
y deja deleitarme con tu cuerpo joven y grácil,
que mirándote, complacido pienso
que igual que tú, fui joven ayer.
Siéntate frente a mí, amiga mía
y deja mirar la sonrisa esplendida de tu boca,
que sonriendo en tu risa cristalina,
ríome y recuerdo que también reí con bravura, ayer.
Siéntate a mi lado, amiga mía,
y deja que tu calor se allegue a mi cansado cuerpo
para que mi sangre bulla y lata como bullía y latía ayer.
Séntate a mi lado, amiga mía
y ayúdame a mirar de frente el mañana,
que mirando ambos el futuro,
te ayudaré a mirar con respeto el ayer.
Acuéstate conmigo, amiga mía,
y juguemos bajo la noche entera, como jóvenes.
Y al despertar mañana, con el sol,
recordaremos con alegría lo que fue
nuestro atardecer.
Levántate conmigo, amiga mía,
y seamos uno y uno, como ayer, como mañana...


DECIMO NOVENO

Cada vez que llego a mi casa
y paso de largo al dormitorio,
me tiendo en la cama
haciendo descansar a este cuerpo mío.
Que mi cuerpo descanse en el descanso:
pero mi espíritu se inquieta,
sigue su danza fructífera
en ideas enlazadoras.
Entonces, me pongo de pie...
y sentado frente a la máquina
ordeno esas ideas
que quieren escaparse
y quedan enredadas
para siempre en la teclas de la portátil
mancillando el blanco papel.
Nace
la primera
primera
palabra...
Tu nombre.


de DEDICADO
ARTURO RIVERA
Poeta de Pto Varas
radicado en Coyhaique



FÁBULA

Te veo en la obligación de confesar
a estas alturas delirantes
que morderías mis labios sin razón de ser
aplicadamente
con la ciencia de un jaguar.
Confiésalo.


LÍQUENES

No vendrías si te dijera que caduco
al menor dolor
y que esa pendiente que se desliza
entre mis senos y mi vientre
es el mismo camino que huyo
rechinando como lágrima.
Me duele no tener
todos mis centimetros.
Quedarme a mascadas sin la forma
que reúne mis inventos.
Perder líquido como una mujer parturienta
en medio de gritos y criaturas atolondradas.
A veces un cigarro me distrae
y veo tus ojos mirando sin confesión alguna
los desnudos líquenes que crecenn entre mis piernas
deseando volar a ese rincón caliente
que tus labios lamen pronunciando obscenidades.
Pero tardo en llegar al punto de mi tregua
antes de ayer ya era prófuga
y antes prófuga también.
Ojalá pudieras retenerme.


AUTORRETRATO CON DALIAS

Eres patética aburrida sucia
descampada de tantos ires y venires de boca(en boca)
justo en el punto inmediato a la locura(de techos y signos)
balancéandote
como bailarina de trapecios
sin pesadillas a cuestas
sólo con el magnánimo olor de la premura con que(sumergirte)
en una trémula laguna
de ti misma.

Otra cosa es querer
derramada con la esperma densa de la vela
que ardió que arderá
que tiene entre
los dientes y la lengua
una fracción de orgasmo...

y quién sabe
tal vez ese amor
llegue a tener un nombre.


(SIN NOMBRE)

Una silla de bar gime la errática fugura
de trono pobre vacío
al final de la última copa
cuando la luz viene saliendo.

Desprendida de acordes
oscuros como el mismo vino que derramó
la noche con su capa raída.

Nosotros seguimos pensando
que habría sido bueno decir cuándo amábamos
sin importar que la muerte se riera
baboseando sus obsenidades
como una ebria barata.

Pero lo cierto es que no hubo bar ni silla ni borrachos
el vino estaba en la alfombra de los sueños
donde mirábamos el amanecer que nos retrajo
para guardarnos en silencio
igual que a paredes viejas.


de MUJER DE BASTOS
CAROLINA FERREIRA
Poeta de Santiago, de transito algunos años por Coyhaique, Radicada en La Plata (Argentina)




Anterior A Lo Póstumo


Colgabamos del gancho de la carnicería
Esperando ser devorado por lo ajeno.


Todo nacío de tí
Crecío gravemente conmigo
Rompiendo las entrañas
Olvidando el tiempo
Desperdicio que cae libremente a tu sangre
Todo lo que se recoge se cuelga y olvida
Miseria placentera
¿Dónde se lleva la basura si tu camión ya no pasa?
Llegará a tí
Y sere yo la que lleva arrancando tu base
Haciendo agua tu sangre
Tan lejos tu paz
Y la guerra no termina
Perdemos
Pero el grito no sale
Enclaustrado para mi sangre.



Por La Carne


Demasiado sentí
Pero nada me pertenecía.


Leo y no me canso de leerte
mientras un ojo mira el texto
El otro dibuja el espacio
Al llegar al término jadeo
Cual amor de apropiarme de tal palabra
Te ocupo indígena lejano
Para bastarme de sin sabores y nostalgia
Mientras sudo
Leo y no me canso de leerte.



Sin Tiempo


Escribiré
Me apropio de tu palabra
¡Por qué escribes!
Ocupo tu imagen a diestra y siniestra
Cual demonio te devora
Desarmo
Para quedar armando lo próximo.


Duermo en circunstancias que me adelanta el tiempo
Respiro contradichos
Amargura
Después sólo supuestos.


El acercamiento lo llevo solo en el corazón
La capacidad de olvidar la guardé en un carpeta que no encuentro
Asolo
Deseo permanecer intacta
No seguir adelante
Siempre en esta precariedad que encanta a la negación
A la pena que atraviesa avenidas incisorias
Justamente
Urbanidad de bolsillo.



De Urbanidad De Bolsillo
AGRUPA Ediciones
Katherine Robert
Poeta de Concepción radicada en Coyhaique




Las raíces salieron y se asomaron por las hojas
Esos ojos permanecen en la estación de la espera


Maravillados los ojos que miran por las manos
Cuando los pies piensan en cómo sostener la cabeza


Cada persona es un espejo eterno
El que mira bien en ellos a lo sublime aspira


Dibujando Al Amor

Se escribe tanto del amor
que me permitiré dibujarlo con algunas palabras

Serena sonrisa entregada del alma joven
primavera perpetua en la mirada de senderos con flores
verdad entregada bajo los puentes y en los salones
capricho aventurero de la perfección

Lenguaje pensado de las vertientes en el camino
virtud de leyes indestructibles de los planes Divinos
de piedra en piedra salta y acorta lo remoto
el monje reverencia su paso vestido en cualquier vestido

Le gritaron los profetas en éxtasis de alegría
el que muere por él sabe de su raiz
oídos placenteros ante el consejo de los maestros
obediencia sublime a la lectura del cielo

Su reino se asemeja a un gran hospital
su reino se asemeja a una gran cárcel
su reino reúne a todas las generaciones
no permanece en edificios de madera ni de piedra
lo escuchan los sordos
lo ven los ciegos
lo siguen los inválidos
lo encumbran los flojos
lo respetan los asesinos
los ladrones lo devuelven
los escapados se orientan consu brújula
los infieles lo defienden
los amantes se liberan
los enamorados la riegan
los enfermos vuelven a estar sanos

Vivos que nacen, hambrientos se alimentan
pobres se enriquecen, ricos se arrepienten
pobres se arrepienten, ricos se enriquecen
abandonados son acogidos en el País del Reino de la Luz
rueda que rueda, la rueda , rueda, rueda ¡Para todos!


de Aspas De Viento
Gerardo Yáñez Olavarría
Poeta de Galvarino
radicado en Chile Chico




Llegaron Primero

La tierra, sin dueño, se abría fecunda
ofreciendo su inmenso tesoro al viajero.
Llegaron los hombres, trazaron su predio,
¡lo ocuparon todo! ¡llegaron primero!

Más allá del monte, más allá del río,
dicen que hay terrenos y bosques sin amo.
Otros que se atrevan a luchar con ellos,
nosotros, nos vamos.

Y se van, diciendo su canción dolida
de són lastimero:
_¿Qué vamos a hacerle? No dejaron nada:
¡llegaron primero!

Los que así se alejan, no saben qué dicen.
Su queja es el torpe dolor del cobarde
que se va vencido, sin imaginarse
que aquí nunca es tarde.

Agregar debieron al vil estribillo:
_Llegaron primero porque eran valientes!
Guiaban su barca la bruma y la duda
y nó el astro claro de espléndido oriente.

Y aquí ¿qué encontraron? _Soledad salvaje.
La lluvia que gime y la nieve que calla,
la selva absoluta, y el viento que en ella
entona su ruda canción de batalla.

Y en vez de decirse, con miedo, "nos vamos",
se quedan resueltos. La próxima aurora
escucha, potentes, los golpes de una
vanguardia de hachazos que estalla sonora.

Derriban, demuelen, hienden, cortan, sierran.
Un hueco en la selva es cosecha futura,
los árboles caen de puente en el fango,
y un humo de hogares se tiende en la altura.

Temblor de victoria remece los cerros.
Los valles se entregan, se esconden las fieras,
y sobre los cielos de inviernos totales
al fin luce un tibio sol de primavera.

Llegaron un día lejano y perdido,
a bordo de un buque de frágil madera,
le dieron a Chile mil leguas de tierra,
y, al mundo, el milagro de otra primavera.

Visión de patritas; voluntad de hombres;
músculos de atleta; pulmones de acero.
Llegaron un día de niebla o de nieve.
Venían resueltos. ¡Llegaron primero!


Eusebio Ibar
Poeta nacido en Constitución (1896);
Fallecido en Pto Aysén




Varias vueltas de mate y lavado final

El vaho caliente
estrechó el círculo
y se dió inicio al rito

Todos los ojos
vieron la nieve que caía
derretida desde el pico
como una cascada

Entonces...

Bebimos todos los cantos
de pájaros del bosque



Me Gustaría

Me gustaría vivenciar
que el cazador
es un bípedo en extinción,
que los devoradores de bosques
comieron en aserrín del desprecio,
que la explosión demográfica
de los peces
arrasó en los mares
con los buques-factorías piratas,
que el Cóndor y el Huemul
huyeron del escudo nacional
para salvar su especie
y que la Tierra
en un ejemplo de perfección
y sabiduría
se despiojó de un sólo sacudón.


Víctor Flavio Vargas
Poeta de los Torreones, Aisen, Chile
Poemas del Poemario “Piedra Volcánica”




Noticia:
Voces en el Silencio
Poesía en la Patagonia
Selección Virginia Rojas Rodríguez
ediciones KULTRÚN


Tú y Yo

Tú y yo hemos vivido sin ruido,
apenas conociendo nuestros pasos
vivimos tal vez como en el principio:
oscuros,
absorbiendo las hebras del día,
guardando nuestras voces,
yendo por los caminos,
ciegos y solitarios.
Ante nuestros ojos
esta el brillo del pez
llameando en la transparencia del mar,
el gusano horadando el jardín,
en busca del aliento,
y la hierba devorando cuanta luz alcanza,
y en el espacio
la lámpara que te llama a
derrotar la noche
que se abstina en seducirte.
Vivimos sin salir de casa,
cerrando puertas y ventanas,
con un tragaluz que disuelve
la majestad del mundo y
alarga la sombra que nos ata
a las oscuras formas del destino.


Si nos encontramos

Tarde o temprano nos juntamos
y bebemos angustiados.
Los recuerdos nos ponen como niños intranquilos
y no deseamos dormir hasta fumar el último cigarrillo.
Las pequeñas cosas nos rodean
y somos amigos defendiendo
la larga tristeza de los pobres.
Andamos el pueblo y tocamos sus muros caídos;
no faltan entonces los amigos,
ellos están en todos los rincones
y de cada puerta
salen sus manos saludando
o sosteniendo sus paredes
y cuando las horas
han viajado lo suficiente con nosotros
se nos llena de alegría la tristeza
y nos vamos convencidos que nacimos
no sólo para encontrarnos con la muerte.


Gustavo Adolfo Cáceres
Poeta nacido en Lautaro (IX Región de Chile)
Radicado en Ensenada; a medio camino entre Pto Aysén y Pto Chacabuco




Madre

Ni la distancia, ni el tiempo
han apagado mi afecto.
Quince años transcurridos
desde el Creador te llamó.
Te alejaste, como viviste
sin ruido,
sin llamar la atención.
Tu sencillez,
franqueza
fueron tu norte.
nunca digiste nada inapropiado.
Hija afectiva, cariñosa,
esposa condescendiente,
amante de tus hijos.
Nunca empañaste
con tus lágrimas
las despedidas
al emprender el vuelo
buscando nuevos rumbos.
¡Gracias, mamá!
por darnos la confianza
para volar, sin llorar.
¡Gracias!
Por darnos la oportunidad
de lograr nuestros anhelos.
¡Te amo, Madre!
¡Te recuerdo!
Aunque tarde,
te comprendo.
Acepto como eras,
sin criticas,
solo veo en ti, un gran amor.
Gracias a Tí
¡Soy cuánto soy!


Nerta Orellana Troncoso
Poeta de Valle Simpson
radicada en Coyhaique





Pangal

Apareció un día entre la niebla
guiado por el dedo luminoso
de la cruz del sur.

Amaneció bajo el cielo plomizo
de Puerto Cisnes
levantando las tablas de la escuela,
recogiendo a los tristes vagabundos
y a los desamparados
que dormían en los acantilados,
bajo los pedregales de Puerto Aguirre
o Isla Toto.


Archipielago

Un hábito de paz y otro de sombra
navega en el rostro opaco de las piedras.

Isla Toto sacude su tristeza
de plásticos azules
y ventanas ocultas.

Entre las rocas que suben desde el mar
como grandes cetáceos,
se levanta una escuela.
Los pescadores se ocultan del Colono
que llama con su sirena de nostalgias,
a la vida que se sumerge
entre la niebla y la esperanza.

Un Hábito de paz y otro de sombra
visita a los enfermos
y le canta a la vida.

El litoral se despierta a deshoras:
Buenos Días Archipielago de las Guaitecas
Buenas Noches Canal de Moraleda,
Melinka, gala, Puyuhuapi..



Poemas al Padre Antonio Ronchi (+)
Tierra Adentro Nº14
Enrique Valdés
Poeta del Baker
radicado en Osorno




Poeta en Puerto Aguirre

Al amanecer el poeta despierta,
y lee "me alimento de la carne del buey y del agua de los torrentes".
Yo no puedo decir así como tú, viejo Walt.
Afuera se desperezan los primeros pájaros del mar.
el viento W.E. sacude la pequeña casa de madera;
y se escucha el trepidar de los motores de las lanchas.
Sí. Es alba fría. Los últimos ebrios resbalan
sobre las callejuelas de caracoles muertos,
y su ruido quebradizo me recueda un verso de Blaise Cendrars.
El viejo Azócar escucha a Joan Báez, y maldice contra el mal tiempo que va a venir.
Por la ventana, se ven tres tordos en las ramas heladas del único ciruelo del puerto;
y tú piensas en la leyenda de la felicidad.
Tu hijo quiere conocer al abuelo que acaba de morir:
"En la bodega de la vieja casa el morral cuelga vacío.
¿Quién cazará ahora los choroyes y torcazas?
Mi pobre padre ha muerto...".
Acaricio tu cabellera de algas amarillas,
y te repito otra vez, unido a ti como el remo al bote.
Dulce como una abeja.
Quieres pintar el mar, pero con el color de esas olas.
Una noche de tormenta, hace ya más de veinte años,
Pablo de Rokha estuvo aquí comiendo choros zapato
con don Carlos Alvarado cuando era estafeta de Correos,
y escuchó las historias del pirata Ñancupel.
Algún día visitarás la Cueva de los Siete Esqueletos.
Nunca aprendiste a jugar truco.
Los peces se arquean en el agua como caballos de mar o ramas de árboles.
El día huye en la punta de los campanarios.
Puerto Aguirre en un lanchón cargado de congrios y róbalos,
es un caiquéñ ahumado servido en el boliche de don Thelmo,
es el olor del ciprés de las Guaitecas recién cortado,
el Bill Barnes, el "Aventurero del Aire", vuelto a leer treinta años después,
es el licor de murtas preparado por doña Hilda Gutiérrez,
y es también la isla Pejerrey, divisada apenas una mañana de neblina...
Las islas del frente, te recuerdan Esmeraldas,
en donde un dieciocho estuviste solo en la plaza,
con una botella de vino, y los Salmos de Cardenal en el bolsillo.
En una fotografía apareces con sombrero y una manta de Castilla,
junto a la verja derruida del Cementerio Antiguo.
En la pared, un cuero de chingue estacado en cruz,
y un verso escrito con carbón: "Y la luz vino a pesar de los puñales...".
Sí. Siempre he de ir tomado
de tu mano viejo Walt Whitman.


León Ocqueteaux Díaz
Poeta de Pillanlelbun
Radicado en Chile Chico
de Revista Trapananda Nº5




Armagenoc

Residuero de lacras modernas
-antiguas del saber.
Gran chatarra de las cripticas
usinas nucleares
perfidos ojos que miran
en unidades Amstrongs
cancionero de la guadaña actual

Beau monde apocaliptico
-en desfoliar radiante-
tarros y más tarros de antiguayas
-ypres o gas mostaza.

Frascos con cerebros en formol
super gentos de Austwiz.
¿O Hiroshima?

Cenicero de plutonio enriquecido
-para destrozar paraisos: Muroroa.
Malthus con su tunica de rayos gamma.

Polución para conjugarse
en ingles progresivo
en otros idiomas no tan progresivos.

Medalla de plata
al padre de la bomba de neutrones
de oro al conservador del trigo
para yantar del sabio y asociados
gran redoma de cristal de Jena
para otros sabios
de las sopas turbias
de sus bacterias
made in cualquier parte
poderoso rayo letal
para destruir senos erectos
cuerpos esbeltos de las últimas mujeres.

Rayos de laser
y un palinuro cibernetico
para castrar a los justos
de esta Tierra
aquelarre de neo-herodinos
o superdioses
-pletoricos en misiles y
botoneras galacticas-
para borrar las risas
de todos los niños.

Doctores-gangster y señores profesores
-con bellos diplomas en latín-
para matar analfabetos
del otro bando
para matar amarillos y perros
para matar al indio y a la llama
para matar pordioseros blancos
y a la rata Noruega.

Por favor
guarden su última bomba
para matar poetas
culturas y bellezas.


de: Bitacora de Barco Errante
Guillermo Vas Naranjo
Poeta de Coquimbo
radicado en Chile Chico




Abro los ojos con cuidado para no mover
el paisaje con el parpadeo.
Tu sonrisa vigila las heladas noches de silencios.
En este confín inmaculado
las torres nevadas se nos vienen encima,
tras las espaldas,
rumbo a la vida
y no despierta mi cuerpo cuando siento la
elevación próxima del alma con el día,
con la tibia llovizna de tu pelo,
así recorro sigiloso estos parajes de olvido,
atrás,
el humo y la toxinas,
el alimento rápido del mediodía.
A la espera,
el mate amargo
que se endulza con tus labios en la bombilla,
a la espera el deshoje imaginado del bosque,
nuestra guarida.
Muevo los ojos
y nada cambia de lugar,
la luz solitaria de los vestidos verdes húmedos
nos acompaña en el recorrido
y el paisaje continúa inmóvil,
como el tiempo,
aún mis párpados alzando ventiscas...


Inédito
Rogelio Montero
Poeta Radicado en Pto Cisnes




Noticia:
Voces en el Silencio
Poesía en la Patagonia
Selección Virginia Rojas Rodríguez
ediciones KULTRÚN



Retrato de una mujer y una ventana

Un cabello ha quedado sobre tus lentes
y ondula por el trozo del viento
que viene desde la ventana.

Quién habrá hecho ese enorme viaje
abriendo una ventana para mirar las colinas.

Tus ojos dan otra vuelta al mundo.

Pero tú has dejado ese rostro olvidado
para mi imaginación
que me dice se borrará muy lejos.

Lejos,
como las colinas de ese cabello amarillo.


Basta hablar en la oscuridad

Basta hablar en la oscuridad
como un ciego que sólo olerá la niebla
para que éstas paredes
repentinamente húmedas
parezcan grillos rechinándose.

Basta recordar
que antes tuve miedo
de encontrar a alguien en la oscuridad
y ahora tengo miedo que la oscuridad
no traiga a alguien,
que estos dedos jamás cuenten
que existieron
o que al menos figuren
como una lámina de polvo
en el confín de alguna vida.


Tristán Sade Sandoval
Poeta de Guadal (lago General Carrera)
Reside en Coyhaique




Héroe Anónimo, El Perro Ovejero

"En las rutas de la vida, también hay rutas de pena
hay lamentos que se entierran hasta la última vena,
que emergen a la distancia como una lágrima ajena
como una mano de acero desprendida de la tierra.

Así el silencio se incrusta en el alma,
como un secante se adueña de la vida.
Pero no estoy tan solo -soñaba el peregrino-
lo saben los caminos cuando nos ven pasar,
cuando duermo aferrado a la piel de la tierra
sin querer ser yuyo, sin querer ser hierba
y al lado mi perro, cerca de mi vida
igual que una lágrima cerca de una pena.

Pero no estoy tan solo: ¡Noble Amigo,
nunca podrán quitar... el rastro de mi senda!

No hay tranqueras que atajen al destino,
la vida como el viento, galopa sin sosiego,
y los años se van encaramando
como tristes coronas sobre un muerto,
como manos sobre una flor hermosa,
¡Oh Dios mío! ¡Que viejo está mi perro!

Los encontré un día con la primavera;
pero a su dueño llegaba el invierno.
Era un arriero, de ésos que no quedan,
de ésos que al galope cortaban el viento
y un día triste, lo apialó la muerte,
un día triste, de arreboles negros.

Proscrito de la dicha que se escapa,
la simple dicha de tener un dueño,
se aferró a mi destino sin saber
cuáles son los caminos del arriero
y empezamos a hilvanar jornadas...
mi perro y yo... la huella y el silencio.

Los perros ovejeros de mi tierra
sí son capaces de llegar al cielo,
despuntar un manojo de estrellas
como quien elige frutas en un huerto
y volver con ellas a la tierra
para que alumbren la vida del arriero.

Soledad infinita de la infinita pampa
túnica de oro de coirones muertos;
montaña virgen como la mañana,
tierra sembrada de eternos inviernos...
de vez en cuando un pajáro cantor
mi perro y yo... la huella y el silencio.

Un día la hierba no quizo crecer
y el cielo escondía sus luces de plata;
yo inventé un silbido para no llorar
sin tener apuro espuelié a mi zaina...
Mi perro en silencio me decía adiós,
pero su silencio se quedaba en mi alma.

Plegarias que azotan los campos dormidos
lamentos de bronce crecen en mi pecho,
"Dónde está el destino" -le pregunte al hombre
"Cuándo te detienes" -le consulto al tiempo.
Por qué los arrieros no sabrán llorar...
¿Acaso la escarcha mata el sentimiento?

Pero antes que en mí se escarche la mirada,
antes que mi alma huya de mi pecho,
porque en mí también los años se amontonan
como flores marchitas sobre un viejo florero,
quiero que algún viajero escriba en mi epitafio:
Aquí yacen en paz: Un arriero... y su perro!"



Arturo Barros Medina
Cantata "Aysén, la Tierra que quedó Lejos"
Extraído: Aisén, Voces y Costumbres
Leonel Galindo Oyarzo




Esquilando

"Y ya no más se dispuso
la comparsa pa" salir
porque a los campos hay que ir
para hacerles la faena
los hombres de manos buenas
dispuestos a trabajar
ya se juntaron de nuevo
para salir a esquilar.

El capataz se preocupa
de rejuntar a la gente
como p"al diez de diciembre
ya comienza la función
por ahí se siente el camión
que viene alzando a los viejos
y ya con las pilchas listas
mañana nos vamos lejos.

A la llegada no más
se sabe lo que hay que hacer
los cueros hay que tender
porque se duerme a galpón
y despues en el fogón
tomando mate y charlando
ahí no más se va dorando
un asado de capón.

El primer día es relajado
el segundo ya es más fiero
duro hay que poner el cuero
porque la faena es brava
se te aflojarán las tabas
del dolor de la cintura
pero cien latas seguras
es mejor que no hacer nada.

Para meterse a una esquila
hay que ser bien corajudo
hay que ser de cuero duro
seguro y aguantador
pasar bañado en sudor
es un trabajo que mata
pero al final, buena plata
va a hacerse el esquilador.

Y ya con los bretes llenos
y las guías revisadas
las manijas aceitadas
los peines bien afilados
los animales esquilados
por la manga van pasando
al final de cada cuarto
los van contando y largando.

De cuatro cuartos se compone
la faena de la esquila
de siete a nueve primero
se descansa hasta las diez
y de diez a doce y media
tiene dos cuartos usted.

Luego se empieza a las dos
se sigue a las cuatro y media
después del mate cocido
de nuevo llenan los bretes
y empieza el último cuarto
que es de cinco a las siete..

Total de nueve horas son
de trabajar sin desmayo
el ovejero a caballo
con los perros viene arriando
y la majada balando
va puntiando p"al galpón
y ya se ven los prenseros
como apretan el vellón.

Rápido va el escobero
y rápido el vellonero;
el motor que marcha a pelo;
el mesero, los vellones;
clasifican los bolsones,
luego los van marcando,
y después los van pesando
pa"embarcarlos en los camiones.

Al toque de una campana
el día se ha terminado,
se van los hombres agotados
al descanso merecido,
mientras todos han cumplido
el agarrador no se deja;
se queda haciendo maneas
con el cuero de una oveja.

Y con tijerón en mano
él mismo el cuero lonjeó
varias maneas sacó
pa"que sobren que es mejor
porque allí al esquilador
siempre hay que tenerle al lado
listo el animal y maneado
cuando ya salió el vellón.

Después se paró el motor
y el trajín se ha terminado;
los sebos se ha sacado
y de ropa se cambió;
ahí no más se acomodó
aunque cansado, sin embargo,
pero es la ley de esquila:
hay que tomar mate amargo.

En una mesa grandota
a la hora de comer
a usted le van a poner
una fuentá de puchero
dos, tres tumbas de cordero
en el almuerzo o la cena
y con tortas recién fritas
siempre una bandeja llena.

Antes de que haya aclarado
ya estamos otra vez mateando
y ya vemos preparando
desayuno al cocinero;
aquí me saco el sombrero
pa" rendir, modestamente,
un homenaje a esta gente
que son hombres verdaderos.

Un mes, dos meses, tal vez,
suele durar la campaña,
como el trabajo no daña,
uno se ha acostumbrado,
de los golpes se ha olvidado
de los dolores, también,
todo ha salido muy bien,
la esquila se ha terminado."


Carlos Bello Durán, El Malebo
de Aisén, Voces y Costumbres
Leonel Galindo Oyarzo




VIGESIMO SEXTO

Desde hace tiempo
que nuestras razones no concuerdan
como deberían
y las espinas apuntándonos
en el estado permanente:
nos odiamos.

Tu Mirada esquiva, rápida
de mis ojos,
más, buscando siempre
un pálpito;
pero tu compostura incongruente
mi alma trivial y enamorada
espera y espera.

A veces pienso
que el hambre de bebernos los dos
nos tiene medio locos
de tanto pensarlo,
eso nos hace obrar al revés
y nos negamos cada vez, los dos.


CUADRAGESIMO PRIMERO

Una Gota de Rocío

¿Por qué lloras? ¿Por qué?
¿O es tu lamento de mañana
flor del despertar?
¿Por qué tus campanas apagadas
no reviven?

¿Qué te asusta?
¿Por qué lloras por el susto
del amor?

¡Oh, gota de rocío!
¡Ya, ya! Deja de gemir.

Si el amor es sonrisa que te invita
a despertar
a vivir
a soñar.


Patagonia

Nuestra Patagonia
de nieve y frío
de soledad desparramada
bajo cielo y pampas,
donde abunda el Calafate
fruto silvestre, exuberante,
mágico al probar
para volver, una vez más.

Patagonia de encantos
Dios dio tierra fértil
a los que primero llegaron
a la paz y la tranquilidad.

Se refugiaron en tus campos
a un mate, dulce o amargo
como muestras de cariño
al que recién viene llegando.


Arturo Rivera Altamirano
Poeta de Puerto Varas radicado en Coyhaique
de Dedicado 2




Rumbo A Aisén

Ya Chiloé quedó al norte
perdida en la inmensidad
y empieza a romperse en islas
la línea del litoral.
Los robles y los copihues
también quedaron atrás
de miedo a las tempestades
del archipiélago austral.
A veces surge una aldea
a la vuelta del canal,
medio tendida en la selva
casi inclinada hacia el mar.
Veinte chozas y la torre
que se alza pobre y en paz,
con rumbo al cielo nublado
que pronto empieza a llorar.
Una balandra varada
que se tendió a reposar,
porque quedó muy cansada
del último temporal.
Suben a bordo unos hombres
a hablar con el Capitán,
luego después una niña
de ojos claros como el mar.
(Ojos verdes en las islas
parece axtraño, ¿verdad?
Los piratas holandeses
solían desembaracar).
Los hombres que quieren irse
a la lejana ciudad,
ella, que espera una carta,
pregunta: ¿No hay novedad?
Hace más de un mes que viene
muy tímida a preguntar
por la carta que no llega
y no ha de llegar jamás.
Breves momentos de puerto
y el barco vuelve a zarpar,
dejando niña y aldea
llorando en la soledad.
Después,las islas de coigües,
de alerces y de arrayán,
que brotan múltiples, como
constelaciones del mar.
Su laberinto infinito
se enreda cada vez más,
trescientas se ven al frente,
doscientas quedan detrás.
Y cruzando la bandada
va certero el Capitán;
ya esquiva una roca oculta
que pudo serle fatal,
ya pasa bajo las ramas
de un alerce secular,
(tal vez el mismo que un día
vió a Moraleda pasar).
Y vence y cruza las múltiples
encrucijadas del mar,
(Mil veces tuvo que hacerlo
antes de ser Capitán).
Por fin la barra, las aguas
del río dulce y en paz,
y no muy lejos, la helada
cumbre de Cerro Marchant.


de Cantos de Aisén
Eusebio Ibar
Poeta nacido en Constitución (1896);
Fallecido en Pto Aysén




Arribo

Arribé al Puesto Azul
en época de veranadas.

Un saludo rumiante
(que no correspondí)
me recibió sobre una estepa,
apenas alejada del hielo.


Desde el Puesto Azul

se ve asomar esta inmensidad
que agota.
Espejos verdes y bosques de agua
rebota la mirada,
desenfoca.

La antigua caballada ha dejado entre los pastos
relinchos aindiados
que de tanto en vez
se dejan sentir bajo la escarcha.

A cada sorbo
el gusto de la yerba cambia
de amarillo a terracota,
blanco, verde astuto.

El tiempo que circula lento,
pasa igual y nos congela
la ventana pequeñísima
que lo divide.

Desde el Puesto Azul
se mira la oscuridad del alma
con una vela encendida,
asediada por delgadas lenguas
de Weste
que se cuelan irremediablemente.

Se llora hacia adentro,
ciego
con un vacío que desagua
-sin intervención de ríos ni arroyuelos-
en cada lago que pasa.

Alimentado de pan y charquí,
secos y duros
pasan los días
pastando vacas,
contando ovejas y manuelas.

Desde el Puesto Azul se coge la conciencia
de esta otra vida:
parsimonial,
siempre dedicada al frío.


Ha llegado el otoño

Sobre el techo del Puesto Azul
me dispongo a contemplar
las rojas barbas de los montes
que rodean el pueblo.

-Ha llegado el otoño- pienso,
mientras comienzo a limpiar
el caño de la cocina,
humeante todavía.


Hoy recuerdo...

Hoy recuerdo las pedradas
al cerco quejumbroso,
los hondazos certeros
sobre cabezas de zorzales distraídos.

Largas espigas ensalivadas
servían para engañar a las arañas.

Hoy recuerdo ese sol de mediodía
resquebrajando las lomas secas del abuelo.

El sonido de las vainas llenas de arvejas,
el humo en el fogón oscuro,
la abuela llorando frente al retrato acribillado de
Manuel del Carmen.


Toda la realidad

Mis manos se instalan en la realidad
con la necesidad de coserle los retazos
que yacen como hojas derivadas
del otoño.

Parcharle el terciopelo ajado
usando el hilo rústico que he retirado
del Puesto Azul
para dejarlo transparente: Casa de vidrio.

Pues es así! Ya no necesito las ventanas diminutas
son mis ojos
las tablas transparentes
y allá la realidad.

Cosida como está
con anillos de árboles quemados
toda la realidad parece de madera ahora,
Terciopelo negro,
la realidad que he parchado.


de Desde El Puesto Azul
Colección Pionera - AGRUPA Ediciones
Maurico Osorio Pefaur
Poeta de Santiago radicado en Coyhaique




Reflexión

¡Oh! mi Dios naturaleza.
oh rocío tan feroz
con la ayuda de tu vida
todo aquí reverderá.

Las penas parecen menos
cuando se sufren de a dos
la comunión de las almas
se transforman en puro amor.


El siglo que entra

Mientras el mundo camina
fantaseando con terror
y los científicos piensan
¡nunca hemos estado mejor!

Que hay agua en Marte
¡Qué locura!
viaje a la luna
¡no hubo tal!
los platillos voladores
siguen siendo algo letal.

Clonando los animales
empezaron a jugar
¿seguirán los humanoides?
aunque no quieran soñar.

El eterno nos proteja
de tanta bellaquería
el mundo sigue su marcha.
¡Oh Dios! Qué queda
por ver en la vida.


Una mujer moderna

Con nariz respingada
y al aire su cinturita
altanera desafía
mostrando su figurita.

Orgullosa de su facha
y de lo que ha conseguido
los hijos los ha tenido
pero no tiene marido.

Sus comentarios mordaces
sobre su vida tal vez
no hagan nido bienvenidos
como otras ¿lo sabe usted?

La infancia marca la vida
así suele suceder
por Dios, es un privelegio
venir al mundo de pie.


Quinta de don Ladis

El huaso Ladis sembraba
y a ratos se detenía
para reirse con ganas
de lo que las semillas decían.

Escuchaba al cilantro
que se las daba de conocer
la importancia que tenía
válida para el placer.

Acompañar a un tomate
un caldillo, un entremés
un pescado, carne asada
y con un buen trago de don Toco es...



de Recuerdos en el Atardecer
Editorial Magisterio
Antonieta Parra Monsalve
Poeta nacida en Yumbel
Fallecida en Coyhaique




Flor de Aysén

Cuando el sol asome su rostro de fuego
y contemple la última estrella que se va
cuando el gallo cante su canción sonora
y despierte el amor en su gallinero;
cuando la montaña sea una orquesta por la mañana
y los zorzales construyan sus nidos de amor,
te invito al campo, para buscar una flor...

Te invito antes que muera el sol
y encienda las montañas nevadas
con tu mano en mi mano,
te invito, a recoger una flor;
para prenderla en tus cabellos
una noche de amor...

Te invito a contemplar la luna de Aysén,
navegando en su barca, sin capitán,
por la noche azul...
Contaremos todas las estrellas
y los dos luceros de tu rostro tierno.
Miraremos el mar de Chacabuco
y la danza blanca de las gaviotas,
pasajera mía, eterna pasajera de mi tierra,
quiero aprisionarte y anclarte
para que seas la carabela de mi mar
y la flor de mi tierra...

Recorreremos los hielos milenarios
para contemplarte en el espejo de sus cristales profundos.
Tu cabellera danzando en la brisa,
tu rostro, una estrella de agua pura
espuma de mar tu boca blanca,
mujer tallada en el hielo austral.
Te invito a caminar para que recojas una flor,
una flor de mis valles, del ciruelillo, del chilco, del calafate,
y en la soledad de la ciudad de fierro y el cemento,
huelas sus aromas, percibas sus colores,
la guardes en tu cartera...
Para cuando haya tristeza en tu alma
y te sientas sola...
Esa flor y su aroma te recordarán
que aquí, en esta tierra
hay un hombre que te espera.


de Aysén en el Corazón
Lom-Ediciones
Baldemar Carrasco Muñoz
Poeta de Coyhaique




Prosa Poética

Recuerdos

Los recuerdos a veces aparecen sin golpear la puerta; y se nos muestran en los sueños... en las ansias... en la sonrisa, pero otras veces nos resultan tan ajenos... tan lejanos... ¡tan absurdos!
El recuerdo de primer amor; una fotografía, o una carta.
Recuerdo el colegio que me parecía inmenso e imponente con sus grandes estructuras, recuerdo aquel pequeño patio que para mí era un latifundio en que corría por el pasto y respondiendo al llamado viejo de la tierra. Recuerdo que siempre tuve miedo de recordar, y de allí mi afán, por plasmar en versos, en cartas todo lo que me parecía bueno a malo, todo lo que no entendía, todo lo que me aterraba; "recuerdos", pétalos secos, el pañuelo de un amigo, mis medallas, los deseos de mis amigas, los dibujos y tantas hojas de papel impresos a mano con algún destellante y fulgurante "no te olvidare nunca", "eres lo más importante de mi vida"... "siempre".
Sonrío... ¿Qué se hicieron todas las promesas, los nunca, los siempre, los "eternamente", los jamás, los que yo dije y que los otros dijeron?
¿Se fueron o están allí, agazapados en la trama complicadísima de lo que constituye nuestra personalidad, nuestra actitud de vida, nuestro cauce profundo?
Yo creo honradamente que aunque no me reconozca en ese triunfo, en ese poema escrito, en esa parte nostálgica, dejé algo importante de mi mismo en cada una de las vivencias, por borrosas, mínimas y solas que hoy me parezcan. Y recibí "también algo imborrable, aunque hoy lo recuerde" y es que los recuerdos son versos, son folios, son hojas, son medallas... son la huella que se ha ido grabando en la piel, en la memoria y en el corazón.
Es posible que haya cambiado mucho, que invalide la importancia de tal o cual experiencia, pero en el momento que la viví fue verdadero; la experiencia significó mucho. Tanto así que aprendí a perdonar, a comprender, a crear con cada tramo vivido los recuerdos que son mi mejor documento de vida vivida y es la prueba más fidedigna... "todo pasa y todo queda"... pero nosotros seguimos haciendo camino al andar.


Cano Sandoval
Valdivia, 23 de mayo de 1982
Poeta de Coyhaique radicado en el Cielo




Caos

Canto al caos
y al abismo
al pie indolente
a la soga en la cintura
y en el cuello
al salto en el vacío
a la cotidiana ración
de fe de cada día
a la rutina de tus labios
a la pértiga de mis sueños
al racimo de la lluvia
desgajando los sarmientos
en las bocas vírgenes
de las putas vocacionales;
al brote de la harina próxima
en tus pechos, canto
a la mujer dormida
que amaneció conmigo
al desorden de las sábanas
a la arruga de la almohada:
a la carne viva
a la fruta marina
y al pecado.

de Piel de Naufragios

El libro

Es el libro,
su espalda curva
sus costillas rubias
su aroma a rincones ya polvo húmedo
pátena de oro blanco
mantel de altares

ángel de alas plegadas
telarañas rotas por una procesión
disuelta de palabras
antígenas
es el libro
su voz de madera triturada
convocando
desde los estantes.

de Advocaciones


Aquí estoy

Aquí estoy, de vuelta
del mar sin orillas de la muerte
navegante de la vida efímera
apenas tengo la franquía
de unos días contigo.

de Boleros

de Piel de naufragios
Ediciones Jabalí 1999

Carlos Aránguiz Zuñiga
Poeta y Narrador de Antofagasta
detenido en algún tiempo en Coyhaique
hoy radicado en Rancagua




Perfume de hierba buena

Camino que vas al Blanco
bajando desde el Galera
que vas hiriendo los campos
perfumado en hierba buena

¡Ay! camino polvoriento
que conociste mi infancia
alfombrado de recuerdos
testigo de risa y lágrimas

Donde en un invierno frío
por poco casí me escarcho
donde me quedé dormido
una tarde de verano.

Ya no existe el puesto viejo
tampoco el puente quemado
ni los tendidos de cercos
que eran de palo rodado.

Ya no están los calafates
ni tampoco las mosquetas
y cubrieron con el lastre
esa faja polvorienta.

Siempre te paso mirando
Cuando voy a Balmaceda
Camino que vas al Blanco
Bajando desde el Galera.


El loco que no está loco

Yo conozco al viejo loco
el que se come a los niños
el que pasa por la calles
hablando consigo mismo
y que dentro de una bolsa
va juntando desperdicios
que por las noches en la calle
han dejado los vecinos
en receptáculos tapados
por temor a los caninos
y para que los coleópteros
no fecunden los residuos
pero él no le da importancia
los insectos son amigos
y tampoco le dan náuseas
esos olores tan fétidos
después de hurgar en los tachos
se aleja sin rumbo fijo
a la puerta del santuario
quizás al Hogar de Cristo
saluda a toda la gente
pues de todos es conocido
luego para en una esquina
y su chaquetón raído
se lo acomoda inconciente
cual fuera un ejecutivo
saca una caja de fósforos
luego enciende un cigarrillo
su larga barba entrecana
parece pedazos de hilo
tiene algo de Rasputín
o quizas de un monje chino
porque el loco no está loco
menos se come a los niños
yo no sé si tuvo hermanos
yo no sé si tuvo primos
pero misteriosamente
está lleno de sobrinos
porque en las calles de Coyhaique
todos le llaman el tío.


de Desde el Andamio
LOM ediciones Ltda.
Enero 2005


Clorindo Bilbao Seguel
Poeta de Coyhaique radicado en la misma ciudad



NOTICIA:
"Te Cuento Mis Versos"
Editorial Kultrun
Marzo 2008


Déjame Consentirte

Déjame consentirte de puntillas a tu alma,
para no espantar las quimeras que allí guardas.
Déjame mirar tus sueños y compartir tus ilusiones.
Acompáñame a encender fuegos y hogueras
para hacerlas, día a día, por siempre nuestras.
Déjame encauzar el caudal de mi río al tuyo
para que estas corrientes se fundan en una sola.
Déjame navegar en tu barca
para juntos sortear tormentas y disfrutar remansos.
Déjame consentirte hasta el día en que las aguas mansas
me lleven a la desembocadura final.


Ecos

En la hora en que los duendes viven,
me entrego a ti
con la esperanza fértil de una lluvia de siembra.
Cuando la aurora nos despierta con su luz
veo brillar tus ojos plenos de amor.
Un rayo de pasión me remece y
mi cuerpo vibra al compás de tus caricias.
Así, entre besos y demencias
surge el murmullo de todos los silencios
que retumba en un eco mudo,
que a ambos estremece.


Tornado

Te escondí en un rincón de mi alma
envuelto en los mantos sutiles
y ligeros de los sueños.
No sé cuando te puse allí.
Parece que desde siempre.
O mejor dicho cuando la soledad
y la pena eran mis entrañables compañeras.
Hombre imaginado,
te esperé con la ilusión
de encontrar el uno más uno igual uno.
Tornado devastador de penas,
penetraste en mi esencia con tal fuerza
que remeciste los cimientos de mis fantasías,
arrancaste los hábitos etéreos de mis quimeras
para transformarte en una perpetua realidad.

Mónica Latorre Osorio
Poeta, Periodista y Narradora de Chillán
radicada en Coyhaique



Prólogo: Sangre Blanca
Aisén


Dulce tierra nacida entre flores,
Arrullada por viento glacial,
Revestida por blanca mortaja
Que en invierno la nieve le da.

Cuando pisa tu suelo mi planta,
Nueva vida parece brotar
En el fondo escondido de mi alma
Donde canta el amor y la paz.

En las noches de crueles angustias
En que el viento comienza a aullar,
Al calor de una dulce fogata
Escuchamos la lluvia cantar.

Cuando baja traidora la escarcha
Y a los ríos los va a estrangular,
Las estrellas tiritan arriba
Y la luna comienza a temblar.

Y el deshielo que funde las nieves
Y a la escarcha la viene ahuyentar,
Nos recuerda las penas del alma
Que como ella se vienen y van.
Tierra austral cuando estás florecida,
No hay pintor que con todos sus tonos
Tu belleza la pueda pintar.

Ni poeta que cante sus versos
Como canta la brisa arrullante
En tus blancas praderas de paz.

Coyhaique, Mayo de 1962



Extensa Tierra
Homenaje a la Provincia de Aisén

Pasado
IV
De nuevo los martillos abnegados
Cantaron su canción al cielo
Y los largos machetes afilados
Rasgaron por doquier, del bosque el seno.
Y ya no hubo fuerza alguna
Que detuviera el avance arrollador,
Que por sobre quebradas y lagunas
Transportara su Majestad El Poblador.
Puerto Aisén, Balmaceda, Baquedano,
Río Cisnes, Mano Negra, Ñirehuao.
Puerto Ibáñez, Valle Simpson, El Baker
Y Chile Chico atravesando el lago.
Fueron todos jalones que dejaba
El seguro avanzar de los humanos
Y en donde cual milagro inconcebible
Reventaba la vida en duro grano.
Y ya nació la luz de un nuevo día
Y una nueva esperanza prodigaban
A los frutos de una gran provincia
Que más tarde o temprano surgiría.
¡Fueron tantos los héroes anónimos!
¡Fueron tantas las vidas ofrecidas!
Que nombrarlos sería largo y duro
Y más de alguno en su tumba lloraría.-

Presente
VIII

Torpes disputas a veces nos enfadan,
Discordia entre hermanos de este suelo
Y pensamos con pena ¡Cuántas cosas
Se harían en Aisén si ellos se unieran!
Pero en el fondo, todos luchamos por lo mismo,
Todos con el mismo ideal en la cabeza
Y el hecho de pelear entre nosotros
No puede cambiar, jamás las metas.
El presente está claro, lo dicen cada día,
Las cosas que en el vemos.
El rápido levantarse de viviendas
Y el roce de los píes en el cemento.
La misma crueldad de la naturaleza
Que con saña desató sus elementos
Ha golpeado con fuerza allá en el pecho
De los hombres que mandan el gobierno.
El presente está claro, lo repite incansable,
Pero calladamente, el pueblo entero
Que vive a su compás, sin gran apuro
Pero que lucha con esmero.
No alarguemos la mano intrusa y torpe
Tratando de aferrarnos a las manillas
O acallar el tic tac del gran reloj
Que ha encadenado al tiempo y al destino.

Futuro
X

Cochrane es un pueblo de novelas.
¡Pensar que yo lo vi hace cuarenta años!
Cuando eran solo unas casitas
Donde vivían algunos comerciantes.
Seguimos por la ruta hacia el Pacifico
A través de un camino emocionante
Con paisajes hermosos y atrevidos ríos
Que cruzan grandes puentes colgantes.
Descansamos en hoteles del camino
Donde sirven los platos abundantes
Mientras vemos actuar en la pantalla
A cómicos que divierten a los televidentes.
Un compañero casual de nuestra mesa
Nos mira con aire interrogante
Y con profunda desilusión nos dice.
¡Qué novelas contaban los de antes!
Decían que ésto era terrible.
Con pumas, con bahüales, con venados.
¡Y pensar que está escrito en nuestra historia!
¿Cómo pueden mentir con tal descaro?
Nos reímos también, con desenfado
Y mirando la luz que ya se extingue,
Le decimos con gracia _¡No haga caso,
Que esta historia tal vez la han inventado!


Coirón doliente (1966)

Una Calle Desierta

Una calle desierta, semioscura,
Una mira vaga,
Una luz que ilumina desde arriba,
Unos pasos cansados.
Alma solitaria y peregrina
Que inútilmente vaga:
Esa es el alma de un poeta
Que le ha cantado a todo en su palabra,
Pero que para si no se ha guardado nada
Y a pesar de que vive de ilusiones
Tiembla en su soledad acompañada,
Y tiembla porque teme que se escapa
Esa dicha esperada.
Una cantina solitaria y triste,
Una copa de vino.
Una música suave y melancólica,
Una voz femenina…
Resto de un alma que soñó y que quiso
Pero no le quisieron.
Despojos de un amor desesperado
Caído en el sangrante olvido
Y que busca dejar sus ondas penas
En el fondo de un vaso desmedido;
Pero que mientras más bebe, mas se desespera
Y al querer olvidar va descubriendo
Recuerdos escondidos.
Una calle desierta, semi-oscura,
Una cantina solitaria y triste,
Una música suave y melancólica,
Una luz que ilumina desde arriba.
En la calle un poeta que se muere
Sin lograr olvidar lo que ha perdido.


Coyhaique; Octubre de 1965

De Al Viento
Ensayos Poéticos a la Tierra y a los Hombres de Aisén
Presentado en la 27 Exposición Ogana-Coyhaique 1968

Fernando Báspach
Un Poeta de Aysén



Dama del Pelo Rojo

Mira mi señora roja,
anoche te ví en dimensiones extrañas,
conduciendo un Ford del treinta.
En mi soledad de oscuras cosas,
bajo implacables espectros,
épocas pro-genéticas en manchas de eternidad.
Mis rojos sueños -para estos tiempos de sangre-
preñados van en llamaradas de cobre.
Mira mi dama roja
mi ensueño me entristece,
como quisiera volver a verte
-en la magia de una noche misteriosa-
esos tus ojos extraños,
bajo, tus risos bermejos.


de Bitácora de Barco Errante
Guillermo Vas Naranjo



“No se apure!... Tome asiento
Que ya viene el mate amargo;
-mi relato-, es lazo largo
Que ando trayendo en los tientos.

Siempre monté pingos buenos,
Aunque también de los otros.
He amansado muchos potros;
Tuve tropillas de pelo
Y si éste es el que más quiero
Ya debe saber por qué;
No es preciso que le dé
Detalles del azulejo,
¡Si hasta que muera de viejo
No quiero quedar sin él!

Así contestó Manuel
Cuando le dije: cuña´o
¡Pucha que anda bien monta´o!...
¡De lujo a mi parecer!
¡Ese pingo he de correr,…
En diecisiete, los trescientos!
A juzgar por los encuentros,
Por la tabla del cogote,
El anca, cruz, los riñones
Y esos cuartos,… ¡puro nervio!

-Me dijo- ¡Sí!, más o menos,
Pero te digo, ché Juan,
Que no me gusta alardear
Porque eso es el peor veneno;
Como si nada,… lo tengo
Por si la ocasión se presta,
Además, es buena rienda
Se puede agarrar a campo,
De confianza y de buen tranco,
¡Es regalón de mi vieja!

Lo invito –dije-, ¡Cuña´o!
Sé donde hay buenos caballos,…
Por allá por Río Mayo
Y los tienen ¡De tapa´o!
Una platita he cobrado
Que la creía perdida,
¡Con gusto la apostaría
A las patas del Azulejo!
Le juro que aquellos viejos,
De antojo… ¡No morirían!

¿Sabes Juan?... ¡Me gustaría!
Creo que para esa fecha
Voy a vender las ovejas,
Tendré la casa surtida,
Y hasta ganas que tenía
Porque allá tengo un amigo;
Como los loros al trigo
Nos dejaremos caer,
Podemos confiar en él;
Yo sé por qué te lo digo!

Así, el día convenido
Fuimos dos nubes matreras,
La casa del amigo era
La meta´e nuestro destino;
Sin despertar los caminos
Ni arrancar un grito al tero,
Que al avestruz, por matrero,
¡Hay que pillarlo dormido!
Este es mandato sabido
P´al que anda con parejero.

El día del entrevero
Baile, truco, vino y taba.
Se corrió la escriturada,
Luego vino el matungueo;
Aunque sobran parejeros
Con sus carpas coloridas
Se apuesta, se desafía
¡Sin arrancarle al envido!
Y a este parcito de estribos…
Mmm… ¡Cómo a comer, nos convidan!

Llegó un tapado que era guía
Y ahí cerca, dos parejeros,
Y unos petisos jilgueros,
De las riendas los traían.
El juez dispuso en seguida
Que la gatera mandara,
De allí fue la disparada
¡Pareja como hebra de hilo!
Y no miento si le digo
Que aquellos pingos volaban.

Con mi ruano que montaba,
Desafiamos,… ¡Y ahí no más!...
¡Le dimos una plumiá!
Trajeron una tapada,
Animal que impresionaba
Por su estampa y condiciones,
No faltando los soplones,
Gritaron; ¡Es de Palermo!...
Y el azulejo, ¡Es chileno!
Contestamos socarrones.

Entre tirón y tirones,
Y siendo malos pa´mujer
Nos dispusimos a correr
Sin mayores pretensiones;
Causó risa en los mirones
El azulejo embarra´o,
Manuel, que lo había montado
Simulando ser chambón,
Escuchó de entre el montón
¡Cuide los ojos, cuñado!

Aunque medio desconfiados
Jugamos todo el dinero,
Dispuestos juez y rayero,
Nos hubimos presentado.
En los estribos, parado,
Y de espuelín en contenedor,
Mi socio en pelo y talón,
Y luego de unas erradas,
Me hizo como el as de espada;
¡Jueguesé hasta el pantalón!

Siendo fácil la cuestión
Jugamo´s hasta los caballos
Y en menos que canta un gallo,
Dio su sentencia el gritón:
El azulejo retozón,
-Seguro-, ¿De lomo hinchado?...
A los cien metros clavados,
Se le arrastró a corcoviar.
¡Santo Dios!,… dentré a rezar,
La suerte se había volca´o.

Lejos, adelante para´o,
El joker en la tostada
Igual que todos, esperaba,
Ver a Manuel revolca´o,
Y en menos de un santigua´o
Se acomodó el azulejo;
Como luz, rayo y reflejo
Lo vio pasar la tostada
Que mientras se acomodaba…
Perdió por ¡Casi tres cuerpos!


Miguel Arcángel Peña Araneda
Poeta de Coyhaique 1947-2009


De Aisén Voces y Costumbres
Leonel Galindo Oyarzo (1996)



Las Cuatro Estaciones

Verano

Aquel día
estuve toda la mañana contemplando
cómo una golondrina construía su nido en el alero.

Otoño

Cómo no recordar
el viejo reloj Waltham del abuelo,
en que un zorro huía con una gallina en el hocico.

Invierno

Se escucha partir leña.


Primavera

La primavera, otra vez:
Una lagartija en el muro del jardín,
me señala que ha llegado la hora de cantar.


León Ocqueteaux
de Manzanas Robadas (1992)



Poemas Reflexiones Narrativas

1 comentario:

Unknown dijo...

Que belleza de poesía, tanto como las cabañas en Aysen que tanto destacan a nivel mundial.