De A Ratos En El Taller
I
Sólo habían sido
factores de personalidad
asociadas a un trato familiar.
Luego,
en la deriva del disgusto,
retomaba el gusto del sentir;
encontrando el camino
de la nueva sensación,
para volver a sentir
el placer del yo
apocado en la contradicción
del mal dialogo.
y así,
orientando entre tanta calma
los vacíos de mis afectos...
II
Contradicción de vivir.
¿Te dejo, no te dejo?
¿Vienes o voy?
Y evalúas y mides
y otra vez sólo rompes,
que vuelves libertad,
como soledades,
cuando tu yo,
otra vez te contradice...
III
Por lo general
siempre hablamos del otro,
rara vez conversamos
de sí mismos,
y cuando lo hacíamos
evitábamos ser referentes...
pero el deber
aquel día obligaba.
Así,
que en algún momento,
decidí tomar la palabra...
IV
De papá héroe,
a papá antihéroe,
por mostrar las culpas
de las aventuras del pasado.
del quebradizo pasar de la existencia,
roto en cada sueño,
en cada tropezón,
en cada idea maltrecha
que habían naufragado
en el vació de las nadas,
y que vuelven a reflotar,
cada vez,
que me han dicho:
Te quiero...
V
Imaginaría
volver a ser adolescente,
al camino en mil recuerdos
adentrado en la fantasía
del rememorar...
inducido al relax
de cerrar los ojos,
soltando los músculos
y dejarse pasear por el silencio,
para buscar un sentido
a tanto andar.
Mientras la pseudo hipnosis
se renueva en respiraciones
donde el aire de la calma
se vuelve a la juventud de la adolescencia.
Los amigos retornan
en el dialogo de lo hechos,
para ser de nuevo
el espacio de los ideales,
de abrazar mil sueños,
en esperanzas de un cambio
que nos llevarían por la tierra,
para dejar esa celda de cuatro paredes
y encontrarse en la misma hora
en una casa vacía
resucitada en los gritos
de las malas calificaciones,
entorpeciendo los sueños
y dejando eso que anhelaste,
en un nuevo olvido,
para retornar otra vez,
entre la voz de esa misma amada,
la esperanza para seguir viviendo...
VI
algunas veces me rió
de mis debilidades.
los hijos
ya me manotean,
me toman como una hoja
y me cierran en un cuaderno...
su madre, su orden,
su padre, su libertad...
VII
Honestamente,
sólo imagino mi familia,
como un grupo de humanos;
más que eso
no podríamos ser..
Figurarse una onomatopeya
o una fábula
para registrar las cosas
de nuestras vidas
tendrían muchas figuras...
Tal vez,
sólo seamos lombrices
navegando por el subsuelo,
o quizás cóndores
en las altas cordilleras,
o sólo un grupo de ovejas
pastando en la pradera...
Creo hay,
de todos un poquito,
salvo no siendo hienas,
ni tampoco un mal león,
que se come hasta sus hijos...
un dibujo de mi familia,
salvo intentar mostrar el perfil
de cada uno,
poco nos representa.
Quizás sí:
Una sumatoria de manos,
partiendo por la de mi hija,
hasta dibujar en ultimo lugar la mía...
¿O Viceversa?...
Atilano
lunes, noviembre 6
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