Muletas
Un día su voz interior,
le recordo un mensaje de Agustín:
 
No quites las muletas a nadie,
que las sigan usando,
pues ello les da felicidad
y no debias tú (yo),
ser quien se las quitara.
 
Y la voz interior, le contestaba:
 
Que en realidad le daba nuevas alas
para encumbrar horizontes mayores,
los llenaba de hipotesis 
y explicaciones simples;
y en aquella simpleza
me encontraba tanta razón.
Pero siempre concluia:
No le quites las muletas...
 
En su mundo interior retumbaba:
Sigue intentandolo.
Y al poco concluia;
que mis alas
eran solo las muletas 
que yo me quitaba;
y otra vez el conflicto seguia.
 
¿Por qué le doy mis alas,
que son mis propias muletas?
 
Entonces;
solo le daba muletas nuevas
que creo le llevarían 
a otra proxima luz,
que vendría de otra voz interior,
tan conflictiva, altruista
y visionaria, como la mía.
Solo que quizas,
con brillantes, remozadas
y decoradas;
nuevas muletas...
 
...
 
Atilano
miércoles, diciembre 6
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